viernes, 15 de agosto de 2008

Atentado en Ituango. Solidaridad e indignación

7 muertos y 53 heridos dejó atentado con bomba en Ituango (Antioquia); a las Farc atribuyen autoría
http://www.eltiempo.com/colombia/antioquia/2008-08-15/7-muertos-y-53-heridos-dejo-atentado-con-bomba-en-ituango-antioquia-a-las-farc-atribuyen-autoria_4448210-1

Señor Alcalde. Señor Cura Párroco. Señores Profesores. SeñoresProfesionales de Ituango.
Señores COLONIA DE ITUANGO. SEÑORAS Y SEÑORES CIUDADANOS:
Estamos consternados y tristes con las noticias de anoche y de hoy. Quién sabe cómo serán las agonías de la gente; qué pavor y uno se imagina lo que es sacar un herido desde esas lejanías; los pocos recursos del hospital; cómo estará todo el pueblo de espantado. Para ustedes les hacemos llegar un saludo conmovido y que quiere sentir compasión; en el sentido de acercarnos, con respeto, al dolor de la gente que está sufriendo y acompañarlos. Además es importante manifestar indignación. Cómo se ensañan de esta manera con Ituango. Pero hasta cuándo va durar esta infamia. Ustedes ya debieron haber perdido la cuenta de las incursiones, de los atropellos, del confinamiento en las montañas y en el miedo, de tantas vidas desperdiciadas. Desde lejos nos sentimos impotentes, no sabríamos cómo hacernos partícipes y dejar explícito nuestro rechazo a tanta violencia. Si revientan las bombas en la cabecera ¿Cómo será la vida de los campesinos en las veredas, qué estará pasando más adentro? Por lo menos expresemos por medios de correos y de llamadas una voz clara y firme que se haga oír en todo el Departamento, en el País y que pase fronteras. Nos duelen los de Ituango porque de allí nos vienen las raíces y la sangre, y los sentimos propios; pero también nos duelen los de otros municipios; los de las masacres, los asesinados; los que se están viviendo una amenaza todos los días. Señores y señoras, hay que desacreditar la guerra, todas las guerras. Ni la seguridad ni el desarrollo ni la paz se van a conseguir con guerras. Hay que deponer todas las armas. Hasta que no nos podamos defender con argumentos, con acciones civiles, con racionalidad, no habrá tranquilidad para nadie. Paz en las tumbas de los muertos, en los corazones de sus deudos; alivio a tantas heridas. Mientras tanto nosotros, los que estamos de pie, los que nos salvamos de este último atentado, despertemos, levantémonos, salgamos a darles las manos, lo que sea, pero no nos quedemos tranquilos; no esperemos a que nos pase este impacto; a que nos acostumbremos a las ausencias. Ya no más, por favor, con el alma, con todo, paren la guerra.
Andrés Calle NoreñaC. C. 70 554 492